Hay una enorme cantidad de problemas y males que podemos padecer en los momentos en los que nos encontramos. Una persona puede tener algunas dificultades económicas, de salud, de amistades, de trabajo… incluso es bastante posible que, en algún momento de vuestra vida, hayáis experimentado varios de ellos a la vez. Resulta bastante frustrante todo ello, pero nadie está libre de padecer alguna crisis en lo que tiene que ver con cualquiera de esos puntos. Alguna vez nos hemos visto en una situación similar y la hemos intentado resolver del modo en que mejor nos ha parecido. Unas veces con éxito y otras con no tanto.
Hay todavía más problemas que nos pueden condicionar y que, por suerte, ya se han visibilizado en la sociedad actual. Hablamos de aspectos como lo son el estrés, la ansiedad o la depresión, que han sido problemas no tenidos en cuenta por la sanidad (pública o privada, eso da igual) de manera tradicional y que han afectado a una cantidad tremenda de personas sin que ellas tuvieran la posibilidad de acceder a un servicio para remediarlos y sin tener derecho a ventajas laborales que permitieran resolverlos. No debe ser una situación fácil pasar por eso.
Según una noticia publicada en la página web de Consalud informaba en noviembre de 2020 que, en los doce meses anteriores, nueve de cada diez españoles habían parecido episodios de estrés, principalmente a causa de todo lo que había ocurrido en torno a la pandemia y la incertidumbre que había generado un asunto como este. Sin duda, las cosas que empezaron a suceder en el mes de marzo de ese año habían propiciado que muchas personas tuvieran dudas sobre su futuro inmediato, tanto desde el punto de vista sanitario como desde el económico.
Pero no deberíamos engañarnos. Los programas de estrés no se han originado en España ni por la pandemia ni por nada de lo que haya sucedido en lo que va de siglo. Se trata de un problema que ha existido siempre, pero que empieza a tener algo de voz ahora. Lo mismo podemos decir de la depresión o de la ansiedad. Y es que estamos hablando de asuntos que están mucho más presentes en el ser humano de lo que creíamos en un principio. De hecho, es raro que no pasemos por una de estas situaciones al menos una vez en la vida. Y, si es así, casi que nos podemos sentir afortunados. Lo normal es que ocurra en bastantes más casos.
Los problemas de estrés, ansiedad y depresión son cada vez más comunes en una sociedad que gira cada vez más deprisa y que exige en cada momento a las personas que actúen rápido y de manera precisa en sus puestos de trabajo. La presión ha crecido y, con ella, todo lo que tiene que ver con este tipo de problemas. Sin embargo, poco a poco, cada cual empieza a dar con la solución que le parece más adecuada. Los profesionales de Escuela de Crecimiento nos han indicado que ya hay un interesante volumen de personas que apuesta por todo lo que guarda relación con la psicología transpersonal.
Problemas que no solo afectan por motivos laborales
Hay muchas cosas que pueden generar ansiedad, depresión o estrés. Las dos primeras, por ejemplo, suelen ser generadas también por la pérdida de un ser querido. El estrés, en otro orden de cosas, puede ser generado por situaciones en las que, por cualquier motivo, no nos sintamos cómodos con nosotros mismos o con las personas que nos rodean. De todo esto se deriva que cualquier persona pueda sentir los efectos de problemas como de los que estamos hablando.
Los niños son otro de los grupos de población que, en principio, no meteríamos entre los prototipos de personas que sufren estos inconvenientes. Sin embargo, la realidad muestra que también las personas de corta edad sufren ansiedad, sufren depresión y también sufren estrés. Buena parte de la culpa, por ejemplo, se deriva de los continuos y repetidos casos de bullying que existen en los colegios, los institutos y cualquier institución educativa. Sin duda, esto es algo de lo que se debería tomar nota por parte de los ministerios y las consejerías correspondientes.
Cualquier cosa que nos haga sentirnos mejor es una buena idea. El objetivo, no nos olvidemos, es encontrar la manera de eliminar de nuestra vida las problemáticas de las que estamos hablando, así que, si hay algo que contribuya de una manera sustancial a que nos sintamos mejor, bienvenido sea. Ojalá que todas las personas tengan la posibilidad de conseguir esas mejoras que hagan de su vida algo mejor. Eso es básico para que la sociedad disponga de una salud mental que es vital para tener la posibilidad de ser felices.