Cómo cuidar tus articulaciones

articulaciones

Las articulaciones son una parte fundamental del cuerpo: son las que permiten moverse, caminar, correr, agacharse, levantar cosas y muchas otras acciones diarias que a veces se hacen sin pensar. Están en uso constante, desde que una persona se levanta por la mañana hasta que se acuesta por la noche. Por eso, cuando empiezan a fallar, todo se complica: aparece el dolor, la rigidez, la molestia al moverse, y en algunos casos, incluso la pérdida de movilidad.

Muchas veces no se les presta atención hasta que ya hay un problema, pero lo cierto es que, con unos cuidados básicos y buenos hábitos diarios, se pueden mantener sanas durante muchos años. No hace falta hacer grandes esfuerzos ni gastar mucho dinero: pequeños cambios en la rutina pueden marcar una gran diferencia.

Cuidar las articulaciones desde jóvenes es una inversión en salud que el cuerpo agradecerá con el paso del tiempo.

 

¿Qué son las articulaciones?

Las articulaciones son las zonas donde se unen dos o más huesos. Gracias a ellas, el cuerpo se mueve con libertad. Las más conocidas son las rodillas, los codos, los tobillos, las muñecas, los hombros y la cadera. Algunas permiten mucho movimiento, como el hombro, y otras solo un poco, como las de los dedos de los pies.

Aunque el cuerpo tiene mecanismos para proteger las articulaciones, como el cartílago (que funciona como una especie de amortiguador), con el paso del tiempo o por malos hábitos, estos mecanismos se pueden debilitar.

 

¿Por qué duelen las articulaciones?

Hay muchas razones por las que pueden doler. Algunas de las más comunes son:

  • El envejecimiento natural del cuerpo.
  • El sobrepeso, que hace que soporten más carga de la que deberían.
  • Lesiones o golpes antiguos.
  • Enfermedades como la artrosis o la artritis.
  • Falta de ejercicio.
  • Mala alimentación.
  • Malas posturas repetidas cada día.

Muchas veces, el dolor no aparece de un día para otro. Suele ser algo que se va acumulando poco a poco, hasta que llega un momento en que empieza a notarse.

 

Hábitos diarios para cuidar las articulaciones

Lo bueno es que hay muchas cosas que se pueden hacer para prevenir problemas o para aliviar molestias si ya han empezado.

A continuación, se dan varios consejos muy útiles que cualquiera puede aplicar.

 

  1. Mantener un peso saludable

Las articulaciones, sobre todo las piernas, no están diseñadas para aguantar mucho más peso del normal. Cada kilo de más es un esfuerzo extra para las rodillas, los tobillos y la cadera.

Perder algo de peso, incluso pocos kilos, puede aliviar mucho las molestias. Por ejemplo, por cada kilo que se pierde, se reduce bastante la presión que sufren las rodillas al caminar. Por eso, cuidar la alimentación y moverse un poco más cada día puede marcar una gran diferencia.

 

  1. Hacer ejercicio con regularidad

El movimiento es clave. El ejercicio ayuda a mantener las articulaciones activas, evita que se pongan rígidas y fortalece los músculos que las rodean. Cuando los músculos están más fuertes, ayudan a proteger las articulaciones del esfuerzo diario.

No hace falta ir al gimnasio ni hacer deporte de alta intensidad. Actividades suaves como caminar, nadar, montar en bicicleta o hacer ejercicios de estiramiento ya ayudan muchísimo.

Eso sí, hay que evitar hacer ejercicio brusco si ya hay molestias. Siempre es mejor empezar poco a poco, calentar antes y escuchar al cuerpo. La natación, por ejemplo, es muy buena porque no tiene impacto en las articulaciones y ayuda a mover todo el cuerpo de forma suave.

 

  1. Comer bien

Una buena alimentación es fundamental para cuidar todo el cuerpo, y las articulaciones no son la excepción. Comer de forma equilibrada, con alimentos frescos y variados, ayuda a mantener los tejidos en buen estado.

Algunos alimentos especialmente buenos para las articulaciones son:

  • Pescados grasos como el salmón o la caballa, por su contenido en omega 3.
  • Frutas y verduras ricas en antioxidantes (naranja, espinacas, brócoli, frutos rojos).
  • Frutos secos y semillas, como las nueces o las semillas de girasol, por su contenido en vitamina E.
  • Aguacate, también rico en grasas saludables.
  • Aceite de oliva virgen extra, base de la dieta mediterránea.

Reducir los ultraprocesados, los azúcares y las grasas saturadas también ayuda a que el cuerpo funcione mejor en general.

 

  1. Beber suficiente agua

El cartílago que protege las articulaciones está formado en gran parte por agua. Si una persona no se hidrata bien, este cartílago se puede resecar y perder elasticidad, lo que puede provocar molestias o acelerar el desgaste.

Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día es una buena costumbre. En días calurosos o si se hace ejercicio, incluso más. Conviene evitar el exceso de café, refrescos con azúcar o alcohol, porque deshidratan.

 

  1. Cuidar la postura

Muchas veces, los dolores articulares vienen de malas posturas mantenidas durante mucho tiempo. Estar encorvado frente al ordenador, cruzar las piernas al sentarse o caminar con la espalda torcida son hábitos muy comunes que, poco a poco, dañan las articulaciones.

Corregir esto es sencillo si se presta atención. Algunas pautas:

  • Sentarse con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo.
  • Mantener la cabeza erguida al caminar, sin mirar al suelo todo el rato.
  • Dormir en una buena posición, preferiblemente de lado, con una almohada entre las piernas si hace falta.
  • Levantarse con cuidado al estar muchas horas sentado.
  • Cambiar de postura de vez en cuando.

 

  1. Descansar bien

El cuerpo necesita descansar para recuperarse, y eso incluye a las articulaciones. Dormir las horas necesarias ayuda a reducir inflamaciones y dolores.

Además, descansar no significa solo dormir. También se refiere a evitar esfuerzos innecesarios. Por ejemplo, si un día las articulaciones están más doloridas, no conviene forzarlas. Es mejor hacer menos esfuerzo ese día y retomarlo cuando se esté mejor.

 

  1. Usar calzado adecuado

Parece un detalle menor, pero el tipo de calzado influye mucho en la salud de las articulaciones, sobre todo en las rodillas y los tobillos. Un calzado sin sujeción, muy plano o con mucho tacón puede alterar la forma en que se pisa y provocar molestias.

Es mejor usar zapatos cómodos, con buena amortiguación y que sujeten bien el pie. Para hacer ejercicio, es esencial usar zapatillas deportivas adecuadas.

 

  1. Tomar suplementos si hace falta

Algunas personas, sobre todo a partir de cierta edad, pueden beneficiarse de tomar suplementos para reforzar las articulaciones. Siempre es recomendable consultar con un profesional antes de empezar a tomarlos.

Algunos de los más comunes son:

  • Colágeno, que ayuda a mantener el cartílago en buen estado.
  • Condroitina y glucosamina, que se usan para reparar tejidos.
  • Vitamina D, que favorece la absorción de calcio y protege los huesos.
  • Magnesio, que contribuye al buen funcionamiento de los músculos.

 

Consejos de los profesionales de Icoa, clínica dental y de salud integral

En Icoa, una clínica con sedes en Las Rozas y en Madrid (Delicias), no solo se ocupan de la salud bucal, también cuentan con servicios de fisioterapia, nutrición, estética y podología.

Sus profesionales nos han ofrecido algunos consejos básicos y muy útiles para cuidar las articulaciones en la vida diaria:

  1. Controlar el peso corporal: Desde la clínica explican que uno de los primeros pasos para proteger las articulaciones es mantener un peso saludable. Con menos peso, las rodillas y la cadera sufren menos presión y es más fácil moverse sin dolor.
  2. Moverse todos los días: No hace falta hacer mucho esfuerzo, pero sí es importante mantenerse activo. Paseos diarios, pequeños estiramientos y ejercicios suaves ayudan a mantener la movilidad. Los expertos de Icoa recomiendan la natación como una opción muy completa y segura para las articulaciones.
  3. Comer mejor: En el área de nutrición de Icoa aconsejan seguir una dieta parecida a la mediterránea: frutas, verduras, pescado azul, aceite de oliva y frutos secos. Esto reduce la inflamación y favorece el buen estado de los tejidos.
  4. Beber más agua: El equipo de podología y fisioterapia insiste en que muchas molestias se deben a una mala hidratación. Beber agua es clave para el buen estado del cartílago y para que todo el cuerpo funcione bien.
  5. Revisar la postura: Los fisioterapeutas de Icoa ayudan a corregir posturas y enseñan ejercicios sencillos para evitar sobrecargar las articulaciones. Sentarse recto, caminar con la espalda erguida y usar una almohada adecuada son detalles que marcan la diferencia.
  6. Priorizar el descanso: En Icoa también recuerdan que descansar es esencial. Dormir bien, tomarse pausas durante el día y no forzar las articulaciones en días malos es una forma inteligente de cuidar el cuerpo.
  7. Valorar los suplementos: Si con la dieta no se llega a todo, pueden recomendar suplementos como el colágeno o la vitamina D, siempre bajo seguimiento profesional. En muchos casos, son un apoyo útil para personas mayores o con desgaste articular.

 

Cuidar las articulaciones no es difícil, pero requiere atención y constancia

Basta con moverse un poco cada día, comer bien, mantener el peso a raya, descansar lo necesario y corregir algunas costumbres dañinas.

Las articulaciones están en uso todos los días. Si se cuidan desde jóvenes, pueden mantenerse sanas muchos años. Y si ya hay molestias, aún se puede mejorar con buenos hábitos.

Seguir estas pautas no solo ayuda a evitar el dolor, sino también a llevar una vida más activa, cómoda y saludable. Las personas que aplican estos consejos notan resultados reales: menos rigidez, más energía y mayor libertad de movimiento.

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