Hacer frente a dolores de todo tipo no es en absoluto sencillo desde el plano físico ni desde el emocional. Y todo el mundo hemos tenido que pasar por una situación como esta, ya sea por dolores derivados de golpes o de alguna enfermedad que se produce en el interior de nuestro cuerpo. En cualquier caso, y con independencia de la edad y las características físicas que tengamos, es necesario decir que el dolor es uno de los estímulos más negativos a los que podemos hacer frente en la vida y es imprescindible no solo que lo combatamos, sino que intentemos prevenirlo de todas las formas habidas y por haber.
No me gusta especialmente tener que contar mi experiencia con los dolores, pero creo que mi caso puede ser de especial utilidad para mucha gente que esté preocupada por la manera de corregir algunos dolores y prevenirlos en el futuro. En concreto, mi caso está ligado a fuertes dolores en los pies. Siempre he sido una persona muy activa desde el punto de vista físico y he pasado largas horas de pie en el trabajo y haciendo ejercicio de manera regular. Está muy bien sentirse activo, no cabe la menor duda, pero también hay que vigilar cómo tratamos a nuestro cuerpo porque puede tener consecuencias negativas abusar de él.
Una noticia de eldiario.es mencionaba cuáles son los deportes que producen más lesiones. El primero de ellos es el crossfit, que a mí siempre me ha parecido un deporte demasiado extremo. En segunda instancia, se menciona el fútbol, que es al que me he dedicado, aunque de manera no profesional. El tercero, el que cierra el podio, no es otro que el que conocemos como running, salir a correr. Como veis, hay actividades que tienen riesgo y con las que hay que tener sumo cuidado. Eso sí: una lesión en el pie puede producirse en cualquier disciplina deportiva y eso nos obliga a no bajar la guardia en ningún momento.
Llevo muchos años jugando al fútbol. Siempre ha sido un deporte que me ha encantado y del que he disfrutado mucho, tanto desde la tele como desde el propio césped. Desde que era pequeño, me sentí atraído por una cuestión como esta y la verdad es que nunca me he arrepentido de ello. He hecho muchos amigos jugando al fútbol y me he llevado alegrías inmensas, además de encontrar una manera de disfrutar de la vida y de mi tiempo libre, que es algo cuyo valor es muy grande. Pero no os mentiré: el fútbol también me ha deparado lesiones y momentos de dolor físico que me gustaría olvidar. El deporte es así y así va a seguir siendo. Qué le vamos a hacer.
Y sí, la zona del cuerpo en la que más dolor he sentido cuando he jugado al fútbol es el pie. Puede parecer lógico, pero hay gente que sufre más del tobillo o de la rodilla (hay que tener mucho cuidado con una zona como esta última). Tened en cuenta que las piernas constituyen la zona del cuerpo que más se usa para controlar un balón, para chutar a portería y para correr tanto para atacar como para defender. Por tanto, lo lógico es que las lesiones vengan por esa zona. Y es necesario que pongamos todos los medios que tengamos a nuestro alcance para evitar que se produzcan.
En todas las temporadas que he jugado con mis diferentes equipos he tenido alguna molestia en el pie. A veces es más molesta y a veces es algo muy leve, pero lo cierto es que he tenido algún percance y siempre me ha interesado cuidar especialmente de esta zona porque luego, en mi vida privada, me resulta muy molesto tener que aguantar esas dolencias, que incluso me han impedido acudir a algunos eventos en los que me hubiera gustado mucho estar. Y claro, es en un momento así cuando decides que tienes que cuidarte y que no puede haber nada ni nadie que te impida hacerlo. Incluso aunque, a veces, eso implique perderse algunos partidos.
Cuando encadené varios años de lesiones en los pies, tomé la decisión de empezar a tratar en serio este tema buscando una ortopedia. Busqué distintas opciones para conseguir un tratamiento que me ayudara con mis molestias y la solución la encontré al dar con la Farmacia Ortopedia Las Ventas porque disponen de soluciones para personas que requieran plantillas para los pies, tratar lesiones deportivas, tratas problemas postoperatorios que se hayan complicado y problemas que se deriven de la movilidad. Mi campo, como es lógico, era el de tratar lesiones deportivas, pero saber que los profesionales que me iban a atender podían proporcionar tantas cosas en relación a la salud de los pies me tranquilizaba bastante.
Lo cierto es que apostar por esto fue idóneo para mi caso. Ya os he comentado que mis problemas con los pies era recurrente. En muchos casos, llegué a pensar que no se trataba de repetidas lesiones, sino que lo que ocurría era que no terminaba de salir de una misma lesión. Ya sabéis que, si no nos recuperamos correctamente de una dolencia, lo más probable es que vuelva a salirnos una parecida o más dolorosa. Es parte de lo mismo y por eso hay que tratar las dolencias como se debe, incluso aunque conlleven algo más de recuperación y tengamos que estar sin jugar durante algunos partidos más. Al final, esa va a ser una inversión de tiempo para volver al 100% y evitar recaer.
La salud de los pies es necesaria para mantener bien alta nuestra calidad de vida
Hay una noticia publicada en la web de Infobae que habla de esto y explica por qué la salud de los pies afecta a la calidad de la vida. El dolor que podamos llegar a sentir en esta zona del cuerpo genera una influencia sobre la movilidad: no nos vamos a poner a andar demasiado si nos duele el pie. ¿Y qué ocurre en situaciones como estas? Fácil: que generan una influencia negativa sobre el aspecto emocional. Así es como la salud de los pies puede afectar a nuestra cabeza. No es algo que nos deba sorprender. Al contrario: lo debemos tener siempre en cuenta para evitar que nos ocurra algo negativo.
En mi caso, tengo que decir que el dolor de pies ha ejercido una influencia sobre mi estado de salud mental en bastantes ocasiones. El hecho de que me doliera el pie ya me hacía sentir mucho más enfadado que de costumbre, pero es que también me generaba buenas dosis de tristeza. No poder ayudar a mi equipo y sentirme como si fuera un inválido no es ni será plato de buen gusto para mí… ni creo que lo sea para nadie. Por tanto, tenemos que cuidarnos muy mucho de aquellos dolores que podamos padecer en las zonas del cuerpo con las que hacemos lo que más queremos. La verdad es que yo he aprendido a hacerlo.
Y luego estaba el hecho de que no pudiera salir con mis amigos de una manera normal, que es otro de los asuntos que me machacaban desde el punto de vista emocional. La verdad es que esto me fastidiaba tanto o más que no poder jugar al fútbol y colaborar con los compañeros de mi equipo en lograr una victoria. Siempre me ha gustado poder formar parte de algo, y aunque es verdad que nadie me ha dejado de lado en lo que respecta al equipo de fútbol o a mis amigos, la verdad es que no me producía ninguna comodidad el hecho de no poder estar ahí, de ayudar a las personas de mi entorno a lograr sus objetivos o a estar junto a ellos también en las derrotas, que es otra cosa de las que me gusta del deporte.
Ni que decir tiene que he terminado volviendo a jugar y experimentando todas esas cosas de las que con dolor en los pies no podía disfrutar. Todos esos problemas de índole mental han desaparecido como consecuencia de la desaparición de los físicos y lo cierto es que me encuentro muy cómodo con esto. Ojalá que no vuelva a lesionarme en ningún otro momento. Ahora estoy más seguro que nunca de que me he recuperado bien de mis molestias y que va a ser mucho más complicado que vuelva a lesionarme, aunque hay que admitir siempre que, en un partido de fútbol, las lesiones pueden venir desde prácticamente cualquier lado.
Hay mucha gente que experimenta dolores físicos, con independencia de que sea haciendo deporte o no. Y es importante saber cuáles son las mejores opciones que es necesario considerar a la hora de enfrentarse a ellas. Esa puede ser la mejor manera de combatir un problema como el que nos ocasionan. Sobre todo, es elemental no dejar pasar la situación y actuar rápido. Las roturas, en muchos casos, se acrecientan si las dejamos estar y aunque no suframos demasiado dolor. Las consecuencias para nuestro cuerpo pueden ser devastadoras.