La música, elemento que permitió mejorar la salud mental a mi sobrino de 8 años

La importancia que tiene la música en la sociedad actual está fuera de toda duda. En realidad, la música siempre ha sido importante para muchas cosas, pero da la sensación de que ahora somos mucho más conscientes de ello que en ningún otro momento anterior. Quiero compartir con vosotros el caso de mi sobrino, David, que tiene 8 años, para que todos y todas podáis llegar a entender lo importante que ha resultado la música en su formación y en la resolución de problemas personales. Me parece una historia curiosa y que, si mucha gente replicara, encontraría un bienestar notable en su vida. Esta historia (permitidme que os haga spoiler) tiene un final feliz.

La historia de David es la de alguien que ha pasado por problemas psicológicos. Hace un par de años, sus padres empezaron a notar que sufría por algo que realmente no sabían lo que era. Volvía triste del colegio, algo que no es normal en los chicos o chicas pequeñas, y fue en una tutoría cuando el profesor les comentó que sufría una especie de bullying. ¿Cómo, que ya aparece ese fantasma a edades tan tempranas? Por supuesto. Para que veáis que estamos ante un problema que es de mucha más enjundia que lo que podríamos llegar a pensar.

Estoy seguro que el caso de David no es el único de este tipo. De hecho, fijaos en la noticia que os voy a enlazar a continuación y que proviene de la página web de la revista Hola. Esa información se hace eco de un estudio de Unicef en el que se dice que hay más de 79 millones de niños de entre 10 y 14 años que sufren alteraciones mentales. La verdad es que es una cifra que asusta y que debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para intentar que se reduzca. Es una tarea que no solo depende de los maestros, de los psicólogos o de las autoridades públicas, sino que depende de la sociedad en su conjunto, de todos y cada uno de nosotros.

El caso, volviendo al tema de David, es que era necesario combatir un problema como del que estábamos hablando. Sus padres y el resto de la familia nos pusimos manos a la obra para intentar que recobrara algo de normalidad. Acudimos a un psicólogo, hablamos con todos los profesores y las autoridades del colegio… pero la verdad es que no conseguimos cambiar demasiado las cosas. David continuaba viniendo triste del colegio, incluso en un momento en el que sus compañeros ya habían dejado de hacerle bullying. Aquella situación se había posado en su cabeza y parecía bastante complicado hacerla desaparecer.

Empezamos a buscar otro tipo de soluciones. Necesitábamos dar con algo que a David le causara sensación, que le permitiera tener la cabeza ocupada. Y la verdad es que una de las cosas que se nos ocurrió de primeras fue practicar algún deporte. Apuntamos a David a baloncesto después de hablar del tema con él y la verdad es que algo mejoró, pero no sentimos que el cambio fuera espectacular. Por tanto, tuvimos que empezar a pensar en alguna otra cosa para tratar de revertir una situación que sentíamos que no era en absoluto justa.

Un buen día, sentíamos que había una vía que no habíamos previsto y que nos podría ser de utilidad. Hablamos de la música, que ya sabéis que es una de las mejores maneras de disfrutar de la música. Pensábamos que quizá sería de interés que aprendiera a tocar un instrumento, que es algo que se puede disfrutar mucho y que ayuda a mantener la cabeza ocupada. Lo hablamos con él y la verdad es que le gustó la idea. Y a nosotros nos dio un halo de esperanza. En un artículo publicado por la Universidad de Valencia se establecía la importancia de la música para la psicología y esa era a lo que nos agarrábamos para tener éxito en esta misión tan importante.

Preguntamos a David qué tipo de instrumento sería aprender a tocar y nos habló del piano. Rápidamente, buscamos distintas opciones para que tuviera la posibilidad de asistir a clases y empezar a desarrollarse con un instrumento tan característico como este. Teníamos la sensación de que no iba a ser nada fácil a causa de su corta edad, pero lo que nos encontramos en la web de Piccolo Escuela de Música nos sorprendió muy positivamente. Disponen de aprendizaje de diferentes instrumentos, tales como el violín, el piano o la guitarra, y para diferentes niveles, así que tuvimos la posibilidad de encontrar lo que buscábamos.

El resultado fue mucho mejor que el que esperábamos. Y llegó de manera bastante rápida. Cuando David empezó con las clases, comenzó a cambiar su estado de ánimo. Por fin tenía algo con lo que ilusionarse, algo que realmente le permitía dejar de lado todos los problemas que se había encontrado previamente. Además, lo asumió como un reto, como dispuesto a mejorar día a día y a convertirse en uno de los mejores alumnos de la escuela. Todavía es pronto para decirlo, pero parece como si él viera en el piano algo más que un hobby, como si quisiera orientar su carrera profesional a la música, en concreto a este instrumento.

Fuimos testigos de lo que decíamos algunos párrafos más arriba: de que la música puede ser una vía de escape para una mala situación psicológica. Lo es para quien solo se limita a escuchar música, pero es que también lo es para todas aquellas personas que se dedican a tocar un instrumento. Sin duda, estamos hablando de una de las actividades que más bonitas son y que, desde luego, mejor nos van a permitir desarrollarnos como personas, porque también es algo que hace un llamamiento al desarrollo de nuestra originalidad, sobre todo porque, quien aprende a tocar un instrumento, suele terminar intentando componer alguna canción.

Además, fue beneficioso desde el punto de vista de su socialización 

Una de las principales ventajas de acudir a clases del tipo de las que David eligió es que hay un montón de posibilidades de conocer gente nueva. Es algo que siempre resulta necesario y que debemos valorar. En cualquier lado podemos conocer nuevos amigos, compañeros o incluso amores. Por tanto, nunca debemos negarnos a tener la posibilidad de descubrir a personas de las que no sabíamos nada pero que conocemos en entornos como lo puede ser una clase de piano y con las que, como mínimo, compartimos el gusto por la música y por tocar un instrumento como del que vengo hablando.

En el caso de David, este fue uno de los grandes alicientes para adorar todavía más sus clases de piano. Conoció a un montón de personas de su edad con las que compartía ese gusto por el piano y con los que congenió muy rápido. Esto hizo que su estado mental mejorara de una manera mucho más rápida y pronto fue habitual verle sonreír. Esto, para las personas que nos encontramos cerca de él, es un verdadero alivio, un regalo caído del cielo.

La verdad es que no hay derecho a que ningún niño tenga que pasar por lo que pasó David. El final de nuestra historia, como os decía en el primer párrafo, ha sido bueno y positivo, pero no siempre es así. Ahí fuera hay un montón de niños que están pasando por lo mismo y debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para intentar que eso deje de ser realidad. Las consecuencias de esto para los más pequeños son incalculables porque pueden tener incidencia en su vida a lo largo de toda su existencia. Puede ser el origen de una vida desgraciada y en la que no haya sitio para la felicidad. Estoy seguro de que no queremos nada de eso para nosotros o nuestra propia familia, ¿verdad?

Y ya no solo tenemos que ver la situación de los más pequeños. Tenemos que poner a las personas que sufren problemas psicológicos en el centro del debate para tratar de que esos problemas que tienen puedan ser solucionados. Un grupo de personas como el que compone la tercera edad también sufre bastante este tipo de problemas y no es justo que, en su caso y después de una vida llena de trabajo y sacrificios, se tenga que pasar por esto. Cualquiera que tenga problemas psicológicos merece encontrar alguna actividad que le pueda permitir salir del atolladero, como ocurrió en el caso de David.

La música es un instrumento (y nunca mejor dicho) para combatir situaciones como la de David. Pero ojo, no solo funciona con las personas de corta edad, sino con todo tipo de personas. Por tanto, que nadie dude en usarla para intentar mejorar su vida, para darle otro aire a su rutina. La música es una de las mejores invenciones que ha tenido el ser humano y solo por haberla hecho realidad merece que nos sintamos realmente orgullosos.