¿Por qué son importantes los juguetes para los bebés?

Cuando llega un bebé a casa lo colmamos de juguetes. No queremos que le falte de nada. Nos hace más ilusión a nosotros que al propio bebé. Pero, ¿por qué necesita juguetes un recién nacido? ¿Cuáles son los más adecuados?

Los juguetes ayudan al bebé a conocer el mundo por medio de los sentidos y a relacionarse con su entorno.

Existen algunos bebés que desarrollan un apego especial con uno de sus muñecos. Se acuestan con él, se lo llevan a la calle, no se separan de él en los viajes. Son como una prolongación de ellos mismos.

Por lo general, se trata de un muñeco de peluche o de trapo, aunque a veces puede ser de goma. Puede que tenga la forma de un personaje de unos dibujos animados que ve por televisión, o simplemente que le parezca gracioso. Ese juguete lo eligen ellos entre todos los juguetes que tienen por casa, y se convierte en su compañero inseparable.

Un objeto que le da confianza. Que le reporta seguridad. Una muletilla en la que se apoya para poder descubrir el mundo. Si no lo tiene consigo, se siente mal.

Un bebé descubre el entorno con sus juguetes. Los tocan, los golpea, los intenta desarmar, se los lleva a la boca. Cuando son tan pequeños, nos comentan las encargadas de Tribu Pitusa, una tienda online de puericultura y artículos para el bebé, que lo más importante de los juguetes es la seguridad.

Es primordial que los juguetes no se puedan desarmar en piezas pequeñas, que el niño se las pueda llevar a la boca y atragantarse accidentalmente. Que no esté fabricado con materiales tóxicos, tanto el producto en sí, como el esmalte que lo recubre. Que sea un artículo resistente, los niños lo tiran contra el suelo y lo golpean. Es importante que no se rompa, y si lo hace, que no se parta en trozos pequeños. Deben ser juguetes que podamos lavar. El bebé los va arrastrando por el suelo de la casa y de vez en cuando tendremos que limpiarlos.

Los expertos hablan de juguetes educativos. Yo creo que en el primer año de edad, todos lo son.

Beneficios.

Además de entretener y de divertir, los juguetes cumplen una función en el desarrollo del bebé. Según la revista digital «Eres Mamá» estas son algunas de las habilidades que los juguetes ayudan a conformar entre los más pequeños:

  • Habilidades sociales. Los juguetes desempeñan un papel fundamental en la relación del niño con los demás. Lo vemos en la guardería o el parque, donde los niños intercambian juguetes o se acercan a los demás para descubrir que juguete tienen. En casa, la presencia de estos artículos delimita su área de juego. La parte de la casa en la que él hace y deshace a sus anchas. Los juguetes también nos ayudará, cuando sea un poquito más mayor, a educarlo en unas normas mínimas de convivencia: recoger los juguetes para mantener la casa limpia, que se haga responsable de sus cosas, mantener el orden, etc.
  • Habilidades cognitivas. Algunos juguetes ayudan a los niños a que aprendan a diferenciar los colores, las formas y los números. Contribuyen al desarrollo de la memoria y a la resolución de problemas sencillos. Son un instrumento para que ellos, por su cuenta, empiecen a asimilar y manejar conceptos básicos.
  • Mejora el lenguaje. Los niños aprenden a hablar para comunicarse con los demás. Transmitir sus deseos, necesidades y sentimientos. Los juguetes forman parte de su mundo y, por tanto, intervienen en la formación del lenguaje: “Mamá, Pocoyó.” Está pidiendo que le des el muñeco de “Pocoyó”. Los puericultores consideran interesante que se les regale a los niños juguetes que cuando accionas un botón emiten una palabra o una frase. Además de que a los niños les parece gracioso, aumentan su vocabulario.
  • Psicomotricidad. Algunos juguetes fortalecen los músculos y contribuyen a que los niños mantengan el equilibrio y aprendan a andar. Es el caso de los andadores, tipo “ta-ca-tá”. También los patinetes de tres ruedas o los triciclos. Otro como los tambores de juguete les ayudan a sincronizar el movimiento de sus brazos y las pelotas a sincronizar las piernas.
  • Desarrollan la imaginación. Los juguetes fomentan su creatividad e imaginación. Inventando historias en las que los muñecos son los protagonistas y en las ellos que los van introduciendo de una forma lógica. Muchas de esas historias imitan la realidad. Lo que los niños ven. El juego les enseña a interpretar el mundo, e incluso, a mostrarse crítico con aquellas cosas que no les gusta.

Los juguetes más adecuados.

La revista «Bebés y más» hace una sugerencia sobre los juguetes que no pueden faltar durante el primer año de vida. Comentamos algunos de ellos:

  • Peluches.

Los muñecos, por muy pequeño que sea el niño, contribuyen a que se vaya formando un pensamiento simbólico. A que aprenda a reconocer las formas. Son juguetes que el niño va a tocar con las manos, se lo va a llevar a la boca. Algunos de estos muñecos, como los juguetes de baño, ayudan a que se familiarice con ciertas rutinas diarias.

  • Sonajero.

Cuesta pensar que un artículo tan sencillo pueda reportar tantos beneficios. Coger un juguete de colores, que agitan con las manos y emite un sonido, estimula el oído, la vista y el tacto. Además, fortalece los músculos de la mano y desarrolla la psicomotricidad fina.

  • Manta de juegos.

La manta permite al bebé que pase tiempo tumbado boca abajo, fortaleciendo la musculatura. Si la manta está decorada con dibujos de vivos colores y tiene diferentes accesorios: figuras, espejos, campanitas, etc. estimulan los sentidos del niño.

La manta se puede utilizar desde que el niño tiene pocos meses, además es un elemento de integración en la casa. El bebé que no anda, deja de estar en la cuna o en el parque infantil protegido con una red, para compartir espacio con el resto de la familia.

  • Mordedores y juguetes de goma.

Llega un momento en que al niño le duele la boca porque le empiezan a salir los dientes. Coge los juguetes y se los lleva a la boca. Apretarlos con las encías, le calma el dolor. Es algo natural, que sucede con todos los niños. También utiliza la boca para descubrir la realidad, como lo hace con la vista y el tacto.

Antes se compraba a los bebés juguetes de goma, por esa tendencia de llevárselo todo a la boca. En la actualidad se fabrican juguetes más manejables, especialmente indicados para este fin. Elaborados con materiales inocuos, no tóxicos, que se pueden lavar con frecuencia con agua y jabón.

  • Tambores e instrumentos musicales de juguete.

La música forma parte de la vida y contribuye al desarrollo intelectual del bebé. Mejora su concentración y expresión corporal. Regalarle pianos pequeños de juguete que toca una tecla y emite una nota u otros de percusión como un xilófono o un tambor de juguete, ayudan a que se desarrolle la musculatura de los brazos y a que trabaje la motricidad y la sincronización de movimientos.

  • Cuentos infantiles.

Los cuentos son importantes desde los primeros meses. Es educar a los niños en que los libros son una puerta a la imaginación y al conocimiento. Cuando son muy bebés se les puede comprar cuentos de tela o de plástico, que ellos mismos puedan manejar. Con dibujos de animales o formas geométricas para que ellos puedan ir familiarizándose con ellos.

Sentarse con los niños en brazos a ojear un cuento, aunque solo sea mirando las ilustraciones, es un espacio de contacto entre los padres y el niño, en el que conjuntamente están descubriendo el mundo.

Jugar con los niños.

Desde que un niño nace hasta buena parte de su infancia, todo para él es un juego, incluido el aprendizaje. Para sentirse bien y para formarse, necesitan compartir sus juegos con otras personas. Con otros niños y con los adultos.

Los niños valoran mucho el tiempo que sus padres pasan junto a ellos. Les permiten consolidar lazos y se sienten queridos. Aprecian que alguien se preocupa por ellos. Por eso es importante el tiempo que los padres dedican a jugar con sus hijos. Más allá de las responsabilidades diarias: llevarlos a la guardería, llevarlos al parque, bañarlos, darles la cena, acostarlos.

Contarles cuentos e historias, interactuar en sus juegos como si fueras unos más, escuchar música juntos y ponerse a cantar o bailar, pegar patadas a una pelota, que nos ayuden a preparar la cena (amasar la pasta de una pizza o remover la ensalada). Todo eso son actividades que no nos suponen mucho esfuerzo y que aumentan la calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos.

El cariño es un estímulo poderoso para la formación y el aprendizaje de los niños. Por eso, a la hora de escoger los juguetes también es un buen criterio elegir aquellos que podamos o sepamos compartir.

Más allá de un simple entretenimiento, los juguetes son importantes para el desarrollo de nuestros hijos, desde que son bebés.